Mi viejo se fué. El martes su corazón dijo basta. Estaba en casa. Yo estaba con él. No puedo pedir más. A sus casi 87 años era algo que sabíamos que podía pasar. Estoy como tengo que estar, muy triste. Estaré bien.
No quería publicar esto, pero como había hablado de mi viejo hace poco es justo que lo haga ahora. Cuando pase el tiempo y esté de mejor ánimo, seguramente habrá muchas oportunidades para que pueda hablar de él.
Claramendi
-
Estoy en un bar tomando una cerveza, una cerveza bastante berreta la
verdad, los tristes afeminados de palermo han hecho moco la cerveza, la
cerveza ya no...
Hace 6 días.