Mi viejo se fué. El martes su corazón dijo basta. Estaba en casa. Yo estaba con él. No puedo pedir más. A sus casi 87 años era algo que sabíamos que podía pasar. Estoy como tengo que estar, muy triste. Estaré bien.
No quería publicar esto, pero como había hablado de mi viejo hace poco es justo que lo haga ahora. Cuando pase el tiempo y esté de mejor ánimo, seguramente habrá muchas oportunidades para que pueda hablar de él.
Arriba los corazones
-
Lo que deberías saber es que Argentina es una escalera mecánica que va para
abajo. Siempre. Cuando pares a tomar aire, a atarte un cordón, te vas a dar
cu...
Hace 1 semana.